Unidad IV
El Modelo Capitalista.
El Estado Sus Políticas Públicas Y Medios De Comunicación Su Papel Como
Factor Determinante De La Exclusión.
INTRODUCCION
Empezamos con la idea
revolucionaria de nuestro presidente Chávez que propone cambiar el modelo capitalista
por el socialista.
El 15 de
Octubre según Salamanca, España, en declaraciones a la prensa a su
salida de la primera sesión de trabajo de la Cumbre Iberoamericana,
reportó PL.
Estamos planteando
retomar el socialismo, un socialismo nuevo, fresco, del siglo XXI. Pero yo
también decía que no hay tiempo para el debate y es una de las críticas que
hago siempre en las cumbres.
Reiteró que en estas
cumbres el cómo se debe acabar con la pobreza es fundamental y lo que hemos
venido diciendo es que en el marco del modelo capitalista y neoliberal es
imposible terminar con la pobreza en América Latina.
El capitalismo,
argumentó, es el culpable del desastre más grande que los pueblos de América
Latina han vivido en toda su historia. Se trata de romper ese modelo donde el
estado juegue un papel distinto, que se convierta en un Estado social, de
justicia donde la sociedad asuma protagonismo.
Expresó que además de
esa propuesta Venezuela trae otra a la cumbre en un momento coyuntural, que es
la creación de un Fondo Humanitario Iberoamericano.
Lo cual a nosotros nos parece muy bien y provechoso para Venezuela como
para aquellos países aun superiores y Desarrollados ya que el Presidente Chávez
estimó que el financiamiento del Fondo podría hacerse con recursos provenientes
del diez por ciento (10%) de la deuda externa del mundo en desarrollo,
así como un porcentaje de los gastos militares (10%), de las
confiscaciones al narcotráfico y a la corrupción internacionales y un impuesto
mundial a las transacciones especulativas y a los paraísos fiscales que existen
en el planeta. Lo que nosotros traducimos en unas palabras mas clara al sentido
real humanista menos guerras, menos explotación del hombre por el hombre y
darle a los más vulnerables verdadera justicia social.
En realidad comprenderán mejor lo que queremos expresar al leer
este interesante trabajo del modelo capitalista.
EL MODELO CAPITALISTA
EL ESTADO SUS POLÍTICAS PÚBLICAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN SU PAPEL COMO
FACTOR DETERMINANTE DE LA EXCLUSIÓN.
Este complejo
Concepto de exclusión social del nuevo marco en el que engloba a la pobreza
pero más allá; la exclusión social se define por la imposibilidad o dificultad
intensa de acceder a los mecanismos de desarrollo personal e inserción
socio-comunitaria y a los sistemas preestablecidos de protección. Son buenos
los cambios que estamos viviendo aunque muy profundos en los
aspectos fundamentales que fueron asentados por la sociedad industrial avanzada
del siglo XX. La realidad se mueve, se transforma y lo hace a gran velocidad.
La existencia de
sectores socialmente excluidos, en el marco de las nuevas sociedades
postindustriales es una realidad ampliamente asumida. Sin embargo, los niveles
concretos de conocimiento sobre esta realidad están todavía hoy claramente por
debajo de lo deseable.
El impacto de los
grandes cambios tecnológicos ha modificado totalmente el industrialismo. Desde
el punto de vista productivo, Se han superado las estructuras. La
sociedad del conocimiento busca el valor diferencial, la fuente del beneficio y
de la productividad en el capital intelectual frente a las lógicas anteriores
centradas en el capital físico y humano. Lo que está en juego es la propia
concepción del trabajo como elemento estructurante de la vida, de la inserción
y del conjunto de relaciones sociales. Y, en este sentido, las consecuencias
más inmediatas de esa reconsideración del trabajo afectan en primer lugar a lo
que podríamos denominar la propia calidad del trabajo disponible.
LOS COMPONENTES DE LA EXCLUSION.
Podríamos ante todo
afirmar que la exclusión social desde un punto de vista estructural, como
realidad de hecho, no es algo básicamente nuevo tiene antecedentes claros
en el marco histórico de las sociedades contemporáneas en forma de necesidades
colectivas intensas, en otros momentos y lugares, desde el inicio de los
procesos de industrialización y urbanización masiva, durante los siglos XIX y
XX, la exclusión social expresa la nueva configuración de las desigualdades en
el contexto actual de transición hacia la sociedad del conocimiento. La
cuestión social se transforma y adquiere una nueva naturaleza en las emergentes
sociedades tecnológicas avanzadas. La exclusión social es, en buena parte, el
reflejo de esa naturaleza. La vieja sociedad industrial en su fase madura
presenta polarizaciones unidimensionales, lineales, generadas por la lógica de
clase, que no llegan a romper los parámetros básicos de
la integración social. La exclusión, en un contexto de creciente
heterogeneidad, no implica sólo la reproducción más o menos ampliada de las
desigualdades verticales del modelo industrial. La exclusión implica fracturas
en el tejido social, la ruptura de ciertas coordenadas básicas de integración,
en consecuencia, la aparición de una nueva escisión social en términos de
dentro / fuera. Generadora, por tanto, de un nuevo socio grama de colectivos
excluidos.
Las fronteras de la
exclusión son móviles y fluidas; los índices de riesgo presentan extensiones
sociales e intensidades personales altamente cambiantes. La exclusión social es
un fenómeno multifactorial y multidimensional. No se explica con arreglo a una
sola causa. Ni tampoco sus desventajas vienen solas: se presenta en cambio como
un fenómeno poliédrico, formado por la articulación de un cúmulo de
circunstancias desfavorables, a menudo fuertemente interrelacionadas. Tiene un
carácter complejo, formado por múltiples vertientes. La exclusión difícilmente
admite definiciones segmentadas. Una sencilla explotación de las estadísticas
nos muestra las altísimas correlaciones entre, por ejemplo, fracaso escolar,
precariedad laboral, desprotección social, monoparentalidad y género. O bien
entre barrios guetizados, infravivienda, segregación étnica, pobreza y sobre incidencia
de enfermedades. Todo ello conduce hacia la imposibilidad de un tratamiento
unidimensional y sectorial de la exclusión social. La marginación, como
temática de agenda pública, requiere abordajes integrales en su definición, y
horizontales o transversales en sus procesos de gestión. No podemos dejar a la
exclusión al margen de la política. La exclusión social no está inscrita de
forma fatalista en el destino de ninguna sociedad. Como no lo está ningún tipo
de desigualdad o marginación. Al contrario, la exclusión es susceptible de ser
abordada desde los valores, desde la acción colectiva, desde la práctica
institucional y desde las políticas públicas. Más aún, en cada sociedad
concreta, las mediaciones políticas y colectivas sobre la exclusión se
convierten en uno de sus factores explicativos clave. En otros momentos
históricos, por ejemplo en las etapas centrales de la sociedad industrial, el
colectivo sometido a relaciones de desigualdad y subordinación había adquirido
subjetividad propia y, por tanto, capacidad de autoorganización social y
política. Se había convertido en agente portador de un modelo alternativo, con
potencial de superación de las relaciones de desigualdad vigentes. Ello no pasa
con la exclusión. Los colectivos marginados no conforman ningún sujeto
homogéneo y articulado de cambio histórico, visible, y con capacidad de
superación de la exclusión. De ahí que sea mucho más complicado generar
procesos de movilización y definir una praxis superadora de la exclusión. De
ahí también que a menudo se cuestione la posibilidad de mediaciones políticas emancipatorias
sobre la exclusión. Y se imponga con facilidad, en cambio, una cierta
perspectiva cultural que lleva a considerar la exclusión como algo Inherente a
las sociedades avanzadas del siglo XXI.
Los grandes factores generadores de exclusión que operan con
determinantes magnitudes en la estructura de la exclusión. Seria la fragmentación tridimensional de la
sociedad, caracterizada en tres planos:
a) La diversificación étnica derivada de emigraciones de los países más
pobres, generadora a falta de políticas potentes de multiculturalidad e
inserción de un escenario de precarización múltiple (legal,
económica, relacional y familiar) de un buen número de colectivos inmigrantes;
b) la alteración de la pirámide de edades, con incremento de las tasas de dependencia
demográfica, a menudo ligadas a estados de dependencia física;
c) la pluralidad de formas de convivencia familiar con incremento de la
monoparentalidad en capas medias y populares. La erosión de la familia
patriarcal clásica, junto a la debilidad de las políticas públicas de educación
infantil y de atención a la vejez, y junto a las aún fuertes dificultades de
articulación entre esfera doméstica y empleo de calidad, propician nuevas
dinámicas de riesgo social en amplios colectivos de mujeres. El impacto sobre
el empleo de la economía postindustrial Cabe considerar, en segundo lugar, el
impacto que sobre el mercado de trabajo, el empleo y las relaciones laborales
desencadena la transición hacia el modelo de economía información al con
esquemas de producción posfordistas. Desde luego, los impactos son múltiples y
en muchas direcciones. Para sectores relevantes de la sociedad, el cambio
económico puede haber generado un abanico de nuevas oportunidades impensable en
periodos anteriores. Pero no podemos obviar que todo cambio económico, inscrito
en la lógica del capitalismo, genera perdedores históricos. En este caso,
perdedores empujados hacia procesos de exclusión, plasmados en nuevas
realidades conectadas a la esfera laboral: desempleo juvenil de nuevo tipo,
estructural y adulto de larga duración; trabajos de baja calidad sin vertiente
formativa; y empleos de salario muy bajo y sin cobertura por convenio
colectivo. Todo ello nos remite y puede sintetizarse en dos fenómenos.
d) Las trayectorias lineales y rápidas de los jóvenes hacia el empleo
industrial asalariado son hoy residuales. Han dado paso a un abanico de
itinerarios muy complejos y dilatados en el tiempo. Los itinerarios de
inserción recorridos por jóvenes con intensas carencias formativas y débiles resortes
de aprendizaje, que dan acceso estricto a empleos eventuales, precarios y no
generadores de ningún tipo de vínculo grupal o comunitario, construyen unas
condiciones propicias para un nuevo espacio de exclusión social juvenil.
e) La irreversible flexibilidad de los procesos productivos en la economía
información al ha servido de argumento en algunas sociedades, entre ellas la
española, para impulsar procesos paralelos de destrucción de empleo y de
desregulación laboral, con erosión de derechos laborales y debilitamiento de
los esquemas de protección social tradicionalmente ligados al mercado de
trabajo. Ello ha generado nuevos espacios sociales de exclusión, que afectan no
sólo a la población más joven, si no también y sobre todo a colectivos adultos
con cargas familiares. El déficit de inclusividad del estado de bienestar
.Finalmente, puede sostenerse que el déficit de inclusividad del estado de
bienestar opera como un tercer factor clave. Y lo hace en un mínimo de dos
planos. Se han ido consolidando, por una parte, fracturas de ciudadanía a
partir del diseño poco inclusivo y en ocasiones del fracaso implementador de
las principales políticas clásicas de bienestar: por ejemplo, la exclusión de
la seguridad social de grupos con insuficiente vinculación al mecanismo
contributivo, o la exclusión de sectores vulnerables al fracaso escolar en la
enseñanza pública de masas. Se ha ido incrementando, por otra parte, el
carácter segregador de ciertos mercados de bienestar con una presencia pública
estructuralmente débil: por ejemplo, los mercados del suelo e inmobiliario.
Hecho que provoca no sólo la exclusión del acceso a la vivienda de amplios
colectivos sociales, si no también pautas de fractura social en el territorio
(barrios en crisis). La fragmentación de la sociedad, el impacto sobre la
esfera laboral de la economía postindustrial y el déficit de inclusividad de
las políticas clásicas de bienestar no operan de forma aislada entre sí. Se
interrelacionan y, a menudo, se potencian mutuamente. Las dinámicas de exclusión
social se desarrollan al calor de estas interrelaciones. Ciertos colectivos
inmigrantes, por ejemplo, no sólo ocupan las posiciones más marginales en la
división étnica del trabajo, padecen también obstáculos de acceso a los
sistemas de protección social, y son muy vulnerables a la discriminación en el
mercado de la vivienda. Sectores de población dependiente, de edad avanzada,
quedan con facilidad excluidos de unos servicios sociales con tasas muy bajas
de cobertura. O bien comunidades que habitan barrios periféricos segregados
sufren con mayor intensidad el desempleo de larga duración o la inserción
laboral en precario. En definitiva, se plasma en la realidad el carácter
multifactorial y multidimensional de la exclusión.
LAS POLITICAS DE RESPUESTA.
La complejidad de
factores y de dinámicas cruzadas que, como sabemos, plantea la exclusión
social, sitúa muy alto el listón para combatir ese fenómeno que amenaza la
cohesión social presente y futura de nuestras sociedades. Parece claro que no
podemos aplicar las políticas de bienestar surgidas y coherentes con las
situaciones de desigualdad estable y concentrada de la sociedad industrial a
contextos muy distintos. No nos parece que sea posible tampoco seguir
considerando a la exclusión social como una situación personal, poco o nada
arraigada en factores más estructurales. Se reacciona ante la pobreza con
medidas asistenciales y paliativas. Y se hace desde una visión clásica de
asistencia social. Y esa manera de abordar la exclusión sólo provoca estigmatización
y cronificación. Requiere buscar las respuestas en dinámicas más “civiles”,
menos dependientes de lo público o de organismos con planteamientos
estrictamente de caridad. Requiere armar mecanismos de respuesta de carácter
comunitario, que construyan autonomía, que reconstruyan relaciones, que recreen
personas. Creemos que el factor esencial de la lucha contra la exclusión hoy
día, pasa por la reconquista de los propios destinos vitales por parte de las
personas o colectivos afectados por esas dinámicas o procesos de exclusión
social. Lo cual, precisa armar un proceso colectivo que faculte el acceso a
cada quién a formar parte del tejido de actores sociales, y por tanto, no se
trata sólo de un camino en solitario de cada uno hacia una hipotética inclusión.
No se trata sólo de estar con los otros, se trata de estar entre los otros.
Devolver a cada quién el control de su propia vida, significa devolverle sus
responsabilidades, y ya que entendemos las relaciones vitales como relaciones
sociales, de cooperación y conflicto, esa nueva asunción de responsabilidades
no se plantea sólo como un sentirse responsable de uno mismo, sino sentirse
responsable con y entre los otros. Queremos plantear algunas formulaciones que,
desde nuestro punto de vista, pueden permitir avanzar, desde estas
perspectivas, en nuevas fórmulas de lucha contra la exclusión. Si la exclusión
tiene un carácter estructural, las acciones públicas, desde lógicas políticas
propias y explícitas, deben tender a ser también estratégicas, y tendentes a
debilitar los factores que generan precariedad y marginación. No es un problema
sólo de empleo, por ejemplo. La inserción a través del empleo se ha convertido
en un elemento clave, y diríamos que inevitable, en la lucha contra la
exclusión. Pero, sin negar que ese es y seguirá siendo un factor muy importante
en el camino para reconstruir un estatus de ciudadano completo, hemos de
recordar que si la exclusión tiene, como decíamos, una dimensión multifactorial
y multidimensional, las formas de inserción han de ser plurales Por otro lado,
si la exclusión presenta una configuración compleja, las políticas que traten
de darle respuesta deben tender a ser formuladas desde una visión integral, y
debe plantearse su puesta en práctica desde planteamientos transversales, con
formas de coordinación flexible, y desde la mayor proximidad territorial
posible. En la concepción que defendemos, la inclusión se presenta como una
dinámica que se apoya en las competencias de las personas. Y que se hace además
en un contexto social y territorial determinado. La inserción se nutre de la
activación de relaciones sociales de los afectados y de su entorno, y tiene
sentido si consigue no sólo dar salidas individuales a este o aquel, sino que
sus objetivos son los de mejorar el bienestar social de la colectividad en
general. Las distintas políticas presentes en el territorio (sanidad,
educación, desarrollo económico, ayuda social, transporte, cultura,) presentan
una lógica de intervención excesivamente sectorializada, cuando son precisamente
las interacciones entre esas políticas y sus efectos las que construyen las
dinámicas sociales y económicas en cuyo seno se dan los procesos de exclusión e
inserción, afectando a personas y colectivos. En este sentido, podríamos decir
que la llamada política social, a la que se acostumbran a confiar las
respuestas a la exclusión, es una ficción teórica, ya que son el conjunto de
los distintos aspectos vitales los que contribuyen o no a crear y nutrir las
relaciones sociales que están en la base de las alternativas de inclusión.
Precisamente por todo ello es difícil imaginar que se puedan dar respuestas
reales y en el sentido que aquí defendemos, desde ámbitos territoriales muy
amplios en los que se pierda el sentido de comunidad y de responsabilidad colectiva.
Si hablamos de flexibilidad, de integralidad, de implicación colectiva, de
comunidad y de inteligencia emocional, deberemos acudir al ámbito local para
encontrar el grado de proximidad necesario para que todo ello sea posible. Y es
precisamente en el ámbito local en el que es más posible introducir dinámicas
de colaboración público-privado, que permitan aprovechar los distintos recursos
de unos y otros, y generar o potenciar los lazos comunitarios, el llamado
“capital social”, tan decisivo a hora de asegurar dinámicas de inclusión
sostenibles en el tiempo y con garantías de generar autonomía y no dependencia,
aunque ello no tenga porque implicar la difuminación de responsabilidades de
los poderes públicos.
LA TRANSFORMACION DE LA POLÍTICA Y DEL ESTADO.
LA SOCIEDAD RELACIONAL.
Si bien es cierto que
nunca como ahora la democracia ha extendido su influencia y su legitimidad en
el mundo como el sistema político más deseado y aceptado, ello no ha redundado
en un aumento de la participación y de la implicación ciudadana. A lo largo de
estos últimos años en el mundo hemos ido asistiendo al cambio de época. O lo
que llamaríamos Innovación tecnológica y mundialización económica han sido los
ejes motrices de ese cambio, que nos ha sorprendido por su profundidad y por su
rapidez. Ni por asomo han cambiado tan rápidamente ni tan profundamente las
formas de gobernar nuestras sociedades. Tenemos “nueva economía”, pero
arrastramos “vieja política”, y ni la economía ni la política saben muy bien
que papel juega o ha de jugar el privado social o el tercer sector en todo
ello. Se han ido sucediendo los estudios que constatan procesos de alejamiento
entre las instituciones políticas y la población. Las causas de esa
“desafección democrática” pueden ser múltiples, pero todo apunta a que existe
un desajuste entre necesidades sociales y formas de encarar y tratar de
resolver esas necesidades desde las instituciones democráticas clásicas. El
sistema que vamos dejando atrás, partía de la hipótesis que cuanto mayor
desarrollo económico consiguiéramos a través de la economía de mercado, mejor
viviríamos. Las consecuencias negativas o “no deseadas” del desarrollo
capitalista, vendrían compensadas por el papel de los poderes públicos
(representantes de los individuos que componían la sociedad), que con sus
políticas (re)distribuirían bienes y servicios para evitar exclusiones y
situaciones de carencia. Los cambios tecnológicos (que suponen en muchos casos
la despersonalización del trabajo y de sus marcos de relación tradicional) y la
mundialización económica (que supone una creciente autonomía de las fuerzas
económicas en relación a los controles público-estatales), han supuesto un
cambio de escenario, en el que ese equilibrio entre economía de mercado
(libertad) y control público (igualdad) se da cada vez en menor medida. Desde
la sociedad, desde la comunidad, desde el ámbito familiar e informal, se va
dando una reacción que busca en los aspectos relacionales, de conexión social,
de solidaridad (fraternidad), de implicación y corresponsabilidad colectiva,
nuevas formas de responder a las demandas y necesidades sociales.
Lo que está en juego
hoy, no es un simple ejercicio de cómo mejorar las relaciones entre política y
sociedad, o como lograr recuperar el control público de una economía que ha
emprendido el vuelo. Las voces y las iniciativas que surgen, de manera aún
fragmentaria y contradictoria, desde lo que no es puramente mercantil o
político-institucional, apuntan a formas de entender la ciudadanía y el
protagonismo social desde nuevas bases. No se trata de seguir confiando en un
desarrollo económico puramente mercantil que sea después compensado por lo
social. No se trata sólo de mejorar los canales de relación entre sociedad y
política. Las insatisfacciones y exigencias apuntan a formas de entender la
sociedad de una manera radicalmente relacional. La actividad económica ha de
entenderse siempre relacionada con el contexto social en el que se da, y por
tanto no existe desarrollo económico sin desarrollo social. Los poderes públicos
no son el centro o el vértice de las políticas de bienestar. El bienestar de la
sociedad y de las personas que la componen, dependerá de entidades y redes
comunitarias, de una pluralidad de intervenciones, en la que el papel de los
poderes públicos vendrá determinado por su capacidad de relacionar intereses e
iniciativas en torno de un “bien común” entendido como producto de ese mismo
entramado relacional. Los seres humanos y sus relaciones sociales deberán ser
cada vez más el centro de atención. La ciudadanía no podrá ser sólo el
resultado de “más y/o mejor mercado” o de “más y/o mejor estado”. El ciudadano
no es sólo un productor con derechos políticos o sociales. Las personas somos
ciudadanos en la perspectiva política, económica, social y cultural, y en cada
una de esas perspectivas la concreción de esa ciudadanía puede ser distinta.
Pero, el punto de conexión será la calidad de vida, el reconocimiento de la
persona en su globalidad, y su concreción en su capacidad de comunicación, en
las relaciones que tenga y pueda tener. La exclusión no puede ser entendida
sólo como carencia de bienes o como desigualdad, sino también y sobre todo como
aislamiento, como falta de entramado relacional, como falta de oportunidades de
comunicarse e intervenir. Somos y seremos ciudadanos por nuestras relaciones,
no por mera pertenencia o concesión. Reforzar nuestros vínculos sociales de
confianza, reforzar nuestra comunicación-participación, nuestra articulación
social y nuestra autonomía, nos hará más fuertes en esas nuevas formas de
democracia y participación que se apuntan.
EXCLUSIÓN E INCLUSIÓN ESTEREOTIPADA DE PERSONAS “NEGRAS” EN LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN.
La discriminación
contra las minorías raciales, étnicas, políticas, religiosas, de género, de
orientación sexual y de capacidad física en los medios de comunicación,
especialmente en lo relacionado a programas de televisión y de publicidad, ha
sido ampliamente discutida en los Estados Unidos y en el Reino Unido en las
últimas tres décadas. La emergente conciencia de los derechos de las minorías
en los años sesenta y los activismos contra la discriminación a las minorías
impulsó los estudios y la expresión de opiniones públicas para atacar el
racismo, sexismo, clasismo y heterosexismo en los medios de comunicación
En Venezuela, los
estudios sobre el racismo en los medios y otros ámbitos sociales han sido
poco usuales. En cuanto al racismo en los medios sólo podemos nombrar las
publicaciones de Wright (1990) y de Charier (2000). Charier, quien trató la
actitud de una gran mayoría de venezolanos de negar la existencia misma del
racismo, explica metafóricamente este problema como un resultado de una “trampa
ideológica” del discurso del mestizaje. Esta invisibilidad, interiorizada
también por los propios “negros”, es la causa, según Charier, de la ausencia
del activismo, la investigación y la conciencia sobre/contra el racismo en
Venezuela.
Participación de “negros” en los medios de comunicación en Venezuela
(Aspecto general)
Un equipo de
investigación registró imágenes fotográficas de 253 vallas publicitarias, de
las cuales depuramos 133 variantes con imagen humana. Los sitios de pesquisa
fueron las Avenidas “Francisco de Miranda”, “Sucre” y “San Martín” y las
Autopistas “Francisco Fajardo”, “Prados del Este” y Caracas - La Guaira.
Las mencionadas son las vías de tránsito más importantes en la Zona
Metropolitana de Caracas y sus adyacencias según el criterio de la empresa
Afichera Nacional, C.A., una de las principales de anuncios exteriores. Los materiales
del certamen de belleza son los brochures (materiales impresos con fotografías)
oficiales publicados para el evento anual de “Miss Venezuela” de los años 2000
y 2001. Los materiales de telenovelas son de los brochures oficiales producidos
por Venevisin (VV) y Radio Caracas Televisión (RCTV), los dos principales
canales de televisión en Venezuela. De total 21 telenovelas producidas por los
dos canales entre el año 1999 y el 2001, seleccionamos al azar 3 obras por
canal (6 por total). De éstas, analizamos las fotografías del elenco principal
que aparecen en los brochures.
1. Entre 133 vallas analizadas, en 10 piezas participan personajes “negros”
según promedio de observación de 91 informantes.
2. Entre 116 comerciales de televisión analizados, en 14 piezas participan
personajes “negros” según promedio de observación de 5 informantes.
3. Entre 62 comerciantes de cine analizados, en 5 piezas participan personajes
“negros” según promedio de observación de 5 informantes
4. Entre 53 finalistas del certamen “Miss Venezuela”, 2 fueron percibidas como
“negras” según promedio de observación de 91 informantes actores fueron
percibidas como “negras” según promedio.
La marginalización de
modelos “negro/as” no sólo puede apreciarse en términos cuantitativos, sino
también cualitativos, en múltiples facetas de su vida profesional. Por ejemplo,
los/las modelos “negro/as” participan menos en campañas publicitarias que los
de otros “tipos”. En llamadas telefónicas para las convocatorias de casting en
publicidad, se suelen escuchar expresiones como “no mande muchos/as negros/as”.
Para un casting de personajes en grupo, casi siempre hay un único cupo para
un/a “negro/a” por lo tanto lo/las modelos “negros/as” no compiten con otros
modelos sino entre ellos/as mismos/as.
En los actuales
tiempos de globalización, la producción social de representaciones de ideas de
“identidad”, “cultura”, “biodiversidad”, “sociedad civil”, “ciudadanía” y otras
que juegan papeles significativos tanto en la constitución de actores sociales
como en la orientación de sus prácticas, se relaciona de diversas maneras con
la participación de esos actores como por ejemplo organizaciones indígenas,
civiles, ambientalistas, etc. en sistemas de relaciones transnacionales en los
cuales intervienen también actores locales de otros países y actores globales.
A través del
aprendizaje de conceptos claves y términos simbólicamente eficaces dentro de
estos procesos globales, los actores afro-venezolanos también adquirieron
prestigio como representante de la “sociedad civil de base” y acumularon poder
de negociación con el sector público, logrando por fin el reconocimiento de la
existencia del racismo como problema social por parte del gobierno nacional.
POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.
Para hacer referencia
a los nuevos problemas sociales y económicos asociados a la globalización
Inicialmente el concepto de exclusión social se utilizó en Europa, primero en
Francia, Italia y los países nórdicos, como el empleo precario y el subempleo,
la inserción económica, política y cultural de los inmigrantes o la
desintegración social producto de diferencias étnicas. Específicamente, se
definía exclusión social como los mecanismos a través de los cuales personas y
grupos son despojados de la participación y titularidad de los
derechos sociales, o como un proceso que excluye a una parte de la población
del disfrute de las oportunidades económicas y sociales1. En ese contexto, la
noción de exclusión social se presentaba más amplia que el concepto de pobreza
ya que representa un fenómeno que corresponde a la exclusión de los mercados,
pero también de las instituciones sociales y culturales. Sin embargo, también
se indicaba que era un concepto complementario ya que permite tratar aspectos
asociados la pobreza que no derivan de la carencia de ingresos.
Simultáneamente, la Organización Internacional del Trabajo ha venido
desarrollando un amplio programa sobre exclusión social. La OIT ha
utilizado la exclusión social como un fenómeno multidimensional de segundo
orden que involucra tres dimensiones: económica; política y
cultura, que se acumulan para dificultar la capacidad de grupos
sociales e individuos para cambiar su posición (en términos de ingresos y
jerarquía social) en la sociedad
El marco analítico de
la exclusión social permite vincular procesos de acumulación de riesgos
(económicos, sociales, culturales, políticos e institucionales) Conceptualmente
la perspectiva de la exclusión social representa un modelo multidimensional y
procesal para el entendimiento de los distintos factores que contribuyen a la
generación de pobreza y desigualdad social en una formación social determinada.
Dado lo anterior, la exclusión social está definida por los mecanismos
institucionales y procesos que determinan que ciertos sectores sociales no
tengan las mismas oportunidades de integración que otros. La observación previa
tiene una consecuencia de orden metodológico muy importante ya que permite
visualizar las fortalezas y debilidades que tiene la noción de exclusión
social. Metodológicamente, el marco analítico derivado de la exclusión social
se concentra en los procesos y no solamente en los resultados o situación de
depravación que experimentan los sujetos sociales. Es decir, el análisis
enfatiza el entendimiento de los mecanismos que generan exclusión. Esto quiere
decir que la exclusión social, más que representar un estado, refleja un
proceso que puede llevar a distintos resultados (pobreza, desigualdad,
marginalidad).
Venezuela lidera la
lucha contra el capitalismo y la exclusión social, y será el primer país capaz
de construir una revolución pacífica, Durante el desarrollo de la conferencia
Construyendo sociedades solidarias, las políticas de inclusión social y combate
contra la pobreza: Misiones sociales bolivarianas, desarrollada en el contexto
de la VII Cumbre Social por la Unión Latinoamericana y
Caribeña, Venezuela utiliza más de 60% de sus ingresos en el diseño y ejecución
de programas sociales.
En este sentido,
Ejecutivo Nacional creó más de 29 misiones sociales, destinadas a combatir la
exclusión social y garantizar los derechos fundamentales de la población.
mediante la
Misión Alimentación, el Ejecutivo Nacional ofrece diariamente alimentación
balanceada y gratuita en las casas de alimentación a más de 100 mil personas en
situación de pobreza extrema, tres millones de personas se benefician con el
suministro de módulos de alimentación, 11 millones se benefician de la venta de
alimentos a precios subsidiados en la red de distribución Mercal y 7 millones
adquieren los productos de la cesta alimenticia a precios regulados en la
Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval). Venezuela
fortalece los programas de desarrollo integral de los sectores en situación de
exclusión o vulnerabilidad y el cumplimiento de las metas del milenio con
misiones como Negra Hipólita, Madres del Barrio y las educativas, entre otras.
El Gobierno y el pueblo venezolano también avanzan en la construcción de un
modelo socialista que garantice la redistribución de la riqueza “para acabar
con el modelo capitalista que produce en el mundo 3 mil millones de personas
con carencias alimenticias, mientras 8 millones mueren de hambre cada año. Es
por ello que sólo la producción social en armonía con la naturaleza garantiza
el desarrollo y la justicia social”.
GLOSARIO
1.
Acción: “Es una
categoría situacional. No tiene insignificado absoluto o igual para todos los
actores…su significado es ambiguo sin la explicación del contexto de la
situación y de las intenciones del actor…la acción es susceptible de varias
interpretaciones situacionales por los distintos actores sociales que se
relacionan con ellas”. (Zambrano, Kilian. Planificación Estratégica
Situacional. Diccionario, 2005)
2.
Actor / Actores:
“…cualquier persona natural, o conjunto de personas naturales, que en
situaciones asume la posición de un jugador (como aliado, oponente,
aliado-oponente o indiferente) frente a otros actores”. (Zambrano, Kilian.
Planificación Estratégica Situacional. Diccionario, 2005)
Persona o grupo de
personas que asumen posiciones diferentes dependiendo de la circunstancia que
le toque asumir frente a otros actores, las cuales pueden ser de apoyo,
oposición o indiferencia.
3.
Actores Sociales:
“…son fuerzas sociales y personalidades que controlan centros de poder. Estos
centros de poder se formalizan muchas veces como instituciones.
La distinción entre
fuerzas sociales y centros de poder es ambigua. Un partido político es, al
mismo tiempo, una fuerza social y un centro de poder. En cambio, un Municipio
es un centro de poder, pero no es una fuerza social.
Los actores sociales
controlan los centros de poder…Pero, además, hay instituciones que en si mismas
constituyen fuerzas sociales, como la iglesia y las fuerzas armadas…”
4.
Actos de Regulación:
Se constituyen en normas, leyes, decretos, ordenanzas, entre otras, que tienen
como propósito regular las actuaciones y campos de acción de los distintos
actores, organizaciones, comunidades.
5.
Áreas de Trabajo:
“Las áreas de trabajo se constituyen en relación con las particularidades y los
problemas más relevantes de la comunidad. El número y contenido de las áreas de
trabajo depende de la realidad de cada comunidad, pudiendo ser: de economía
popular y desarrollo endógeno; desarrollo social integral; vivienda, hábitat e
infraestructura; y cualquier otra que defina la comunidad. Las áreas de trabajo
agruparán varios comités de trabajo.” (Artículo 4, numeral 7 de la
Ley de los Consejos Comunales)
6.
Asamblea de
Ciudadanos y Ciudadanas: “Es la instancia primaria para el ejercicio del poder,
la participación y el protagonismo popular, cuyas decisiones son de carácter
vinculante para el consejo comunal respectivo.” (Artículo 4, numeral 5
de la Ley de los Consejos Comunales)
7.
Bienes: Constituyen
aquellos elementos producto del trabajo humano, por ejemplo, bienes muebles,
bienes de consumo, bienes de producción, bienes inmuebles o raíces que pueden
ser transables por otros bienes o servicios (Insumo – Producto - Resultado).
8.
Banco Comunal: “El
Banco Comunal es la forma de organización y gestión económica-financiera de los
recursos de los Consejos Comunales; es una organización flexible, abierta,
democrática, solidaria y participativa.” (Artículo 4, numeral 10
de la Ley de los Consejos Comunales)
9.
Burocracia: Poder de
los servicios administrativos dentro del sector público, que aumentan los
costos y tiempo de respuesta a las solicitudes de los ciudadanos y ciudadanas.
10. Calidad de Vida: “La calidad de vida es un concepto amplio y complejo,
incluido con la satisfacción de necesidades psicológicas y emocionales y de las
aspiraciones sociales, valores culturales y estéticos, vida familiar
apropiadamente ajustada, provisión de varios beneficios, servicios y
distracciones sociales, y satisfacción de las necesidades esenciales.”
(Identificación y Representación de Necesidades Sociales, Modulo II, MSDS,
2002).
11. Ciudadanía: la ciudadanía es aquel conjunto de prácticas que definen a una
persona como miembro de pleno derecho dentro de una sociedad
12. Comité de Trabajo del Consejo Comunal: “Colectivo o grupo de personas
organizadas para ejercer funciones específicas, atender necesidades y
desarrollar las potencialidades de cada comunidad. El comité de trabajo,
articulara y promoverá la participación e integración de las organizaciones
comunitarias, movimientos sociales y habitantes de la comunidad.” (Artículo
4, numeral 6 de la Ley de los Consejos Comunales)
13. Comunidad: “Es el conglomerado social de familias, ciudadanos y ciudadanas
que habitan en un área geográfica determinada, que comparten una historia e
intereses comunes, se conocen y relacionan entre si, usan los mismos servicios
públicos y comparten necesidades y potencialidades similares: económicas,
sociales, urbanísticas y de otra índole.” (Artículo 4, numeral 1 de la
Ley de los Consejos Comunales)
14. Consejo Comunal: “Los Consejos Comunales en el marco constitucional de la
democracia participativa y protagónica, son instancias de participación,
articulación e integración entre las diversas organizaciones comunitarias,
grupos sociales y los ciudadanos y ciudadanas, que permiten al pueblo
organizado ejercer directamente la gestión de las políticas públicas y
proyectos orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de las
comunidades en la construcción de una sociedad de equidad y justicia social.”
(Artículo 2 de la Leyde los Consejos Comunales)
15. Contraloría: “Oficina del Estado que controla las diversas cuentas del
gobierno” (Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado, 1994).
16. Contraloría Social: Es un conjunto de acciones de control, vigilancia y
evaluación que realizan los ciudadanos y ciudadanas, con el propósito de
contribuir a que la gestión gubernamental y el manejo de los recursos públicos
se realice en términos de transparencia, eficiencia, eficacia y honradez. Así
mismo es un instrumento contra la corrupción y el burocratismo.
La consolidación de
un Estado Social de Derecho y Justicia depende de todos los ciudadanos y
ciudadanas de la comunidad, por ello todos tenemos la facultad y el mandato
constitucional y legal de ejercer el control social en nuestras respectivas
comunidades, así como promoverla y facilitarla.
17. Control Social: Competencia constitucional y legal que poseen los
ciudadanos y ciudadanas de las distintas comunidades, para supervisar, vigilar,
evaluar los bienes y servicios ejecutados por parte de los gobiernos nacional,
estadal y municipal, así como las obras comunitarias.
18. Cooperación: Acción solidaria o de colaboración de una persona, grupo de
personas o países respecto de otras personas, comunidades o países para lograr
objetivos que beneficien a uno o ambos involucrados.
19. Corresponsabilidad: Responsabilidad compartida para la ejecución de una
actividad específica.
20. Corrupción: Actos contrarios a los procedimientos establecidos como norma
dentro de la administración pública, tales como falsificación de documento,
distracción de recursos, apropiación indebida de cosa pública, entre otras.
21. Efectividad: “Balance resultante entre los efectos deseados y los efectos
indeseados de una operación. Mientras menos son los efectos indeseados, en
comparación con los deseados, mayor es la efectividad.” (Zambrano, Kilian.
Planificación Estratégica Situacional. Diccionario, 2005)
22. Eficacia: “La eficacia es una relación producto – resultados… que apunta a
la capacidad o potencia del producto de la operación para modificar en la
cantidad y calidad deseada el vector de definición del problema
(descriptor)*[1]. La eficacia es de tipo direccional.” (Zambrano, Kilian.
Planificación Estratégica Situacional. Diccionario, 2005)
23. Eficiencia: “La eficiencia es una relación insumos – producto que satisface
un criterio establecido de maximización o minimización. La eficiencia es
interna y procesal”. (Zambrano, Kilian. Planificación Estratégica Situacional.
Diccionario, 2005)
Responde a la
relación insumos – producto, donde se es más eficiente en la medida que con
menor cantidad de insumos se pueden producir los mismos productos, o con la
misma cantidad de insumos se pueden producir más productos, lo contrario
revelaría una baja eficiencia.
24. Evaluación: Comparación entre una situación inicial indeseada y otra
situación intermedia o final deseada, a través de un patrón o referencia,
posterior a la ejecución de un proyecto, acciones o actos de regulación.
25. Fondos Públicos: Recursos financieros y presupuestarios asignados a los
distintos niveles de gobierno, así como a sus respectivos entes u organismos.
26. Gobierno: “Gobierno o conducción es el arte y la ciencia del actor para
movilizar organizaciones y ciudadanos en el juego social, procesando problemas
conflictivos que cruzan todos los compartimientos de las ciencias, a partir de
variables imprecisas, inciertas y cambiantes (incertidumbre), con el propósito
de construirle posibilidades a su proyecto político.” (Zambrano, Kilian.
Planificación Estratégica Situacional. Diccionario, 2005)
27. Inequidad: “Desigualdades, entre grupos humanos, que son innecesarias, injustas
y evitables.” (Identificación y Representación de Necesidades Sociales, Modulo
II, MSDS, 2002).
28. Inversión Pública: Aporte financiero por parte de los organismos del sector
público para la ejecución de bienes, servicios y/o actos de regulación, con el
propósito de mejorar la calidad de vida de los habitantes de un sector, región
o país.
29. Justicia Social: Aspiración a crear un régimen social de equidad y justicia
para todos los ciudadanos, sin desigualdades, injusticias y privilegios. En su
sentido restringido se refiere solamente a las disposiciones que tienen por
objeto mejorar las condiciones del trabajador o reconocer sus reivindicaciones.
La expresión mínima concreta de justicia social sería entre otras: la
posibilidad de disponer de viviendas, indumentarias y alimentación adecuada; de
satisfacer sin angustias sus necesidades y las de su familia, en forma que le
permita trabajar sin presiones, descansar libre de preocupaciones y gozar
mesuradamente de expansiones espirituales y materiales. La justicia social
responde a la necesidad social de elevar el nivel de vida y de trabajo con los
recursos directos e indirectos que permite el desarrollo económico.”
(Identificación y Representación de Necesidades Sociales, Modulo II, MSDS,
2002).
30. Necesidad Social: Es la expresión del déficit en la garantía de los
derechos constitucionales.
“Son todos aquellos
ámbitos indispensables para alcanzar una plena calidad de vida, y que
garantizados como derechos humanos y sociales universales, deben ser el
principal objeto de respuesta por parte de los entes que tienen a su cargo la
gestión pública…” (Identificación y Representación de Necesidades Sociales,
Modulo II, MSDS, 2002).
31. Organizaciones Comunitarias: “Organizaciones que existen o pueden existir
en las comunidades y que agrupan a un conjunto de ciudadanos y ciudadanas en
base a objetivos e intereses comunes, tales como: comités de tierra, comités de
salud, mesas técnicas de agua, grupos culturales, clubes deportivos, puntos de
encuentros y organizaciones de mujeres, sindicatos y organizaciones de
trabajadores y trabajadoras, organizaciones juveniles o estudiantiles,
asociaciones civiles, cooperativas, entre otras.” (Artículo 4, numeral 8
de la Leyde los Consejos Comunales)
32. Participación Social: “Incorporación de la sociedad civil en la gestión
colectiva en diferentes ámbitos de la vida social, garantizando a todos y cada
uno de los integrantes de una comunidad la toma de decisiones, el protagonismo,
la construcción de una voluntad colectiva de convivencia, el establecimiento de
diferentes formas de realización individual y la generación de mecanismos para
el desarrollo humano.” (Identificación y Representación de Necesidades
Sociales, Modulo II, MSDS, 2002).
33. Planificación: “La planificación es:
•
El cálculo que precede y preside la acción.
•
La mediación entre el conocimiento y la acción.
“La planificación es
una herramienta de apoyo al proceso de dirección, ya que contribuye a mejorar
la calidad de las decisiones.” (Carucci, Flavio, Planificación Estratégica
por Problemas: Un enfoque participativo, 1995)
34. Presupuesto: Es la estimación de ingresos y de egresos para un período
presupuestario o período de tiempo determinado.
35. Presupuesto público: Es el cálculo anticipado de los ingresos y egresos del
sector público durante un ejercicio fiscal (01-01 al 31-12)
36. Programas Sociales: “Los programas sociales deben ser vistos como una
herramienta de la política social que permita lograr una mejor calidad de vida
y una distribución de las oportunidades, permitiendo a la población participar
en la construcción de su desarrollo…” (Guía para la Identificación,
Preparación y Evaluación de Programas Sociales, ILPES-CEPAL, 1998)
Proyecto: “los
proyectos son la materialización de la inversión pública y privada.” “en
el nivel micro, los proyectos son la materialización de la inversión pública y
privada, y que hacer esfuerzos por encontrar las mejores alternativas de uso de
esos recursos es fundamental para contribuir a obtener un crecimiento
acelerado…” (Silva Lira, Iván. Preparación y Evaluación
CONCLUSIÓN
Consideramos que se
debe tener en cuenta que pueden existir instrumentos que, temporalmente debido
a la urgencia y profundidad del problema social, sean asistencialistas en su
ejecución inicial, pero no en su diseño.
Contribuyen a definir
con mayor precisión qué se entiende por exclusión social y cuál es su
relevancia conceptual y analítica. Al respecto, lo primero que debe enfatizarse
es que la exclusión social no debe ser entendida solo como una categoría o un
estado en el que ciertos grupos sociales se encuentran o pueden llegar. Más
bien, los trabajos aquí presentados nos señalan que la exclusión social debe
ser conceptualizada como un proceso. Esto es, su valor radica en que permite
entender cómo se concatenan diversos factores de riesgo (económicos,
político-institucionales y socioculturales) que llevan a que ciertos grupos
sociales se encuentren en una situación de clara desventaja y desigualdad
social y, por lo tanto, permite evaluar y diseñar instrumentos de política
social en una forma más integral.
BIBLIOGRAFÍA
Constitución
De La Republica Bolivariana De Venezuela.
Pág. wed de Internet:
Books.google.com
Es.wikipedia.org
Unpan1.un.org
www.venezuela-oas.org/IntervencionJorgeValerofondohumanitariointernac
Parte del material
utilizado en exposiciones anteriores de la exclusión social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario